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Wed, 05 Aug 2020 in América Latina en la historia económica
Calles, fundador de instituciones bancarias: el Banco Mercantil yAgrícola de Sonora, 1917-1935
Resumen
Plutarco Elías Calles es reconocido como el creador de la banca central,precursor de la banca de desarrollo y un importante impulsor de lareorganización bancaria mexicana. Sin embargo, se desconoce su actividad comobanquero privado. Esta investigación realiza un examen minucioso de fuentesoriginales para determinar las circunstancias que rodearon la fundación delBanco Mercantil y Agrícola de Sonora, la suerte de sus principales negocios ylos recursos que empleó para subsistir casi dos décadas. Por supuesto, Callesfue su principal impulsor y accionista. Entre otras líneas analizadas están suformación empresarial, el desempeño de los gerentes y la influencia de laactividad económica regional sobre la del Banco, así como las redes políticoempresariales que alentó e incubó.
Main Text
Introducción
La peculiar historia bancaria mexicana fue marcada por los prohombres de larevolución. Al encumbrarse se transformaron en estadistas y funcionarios quedecidían presupuestos de instituciones que conocían hacía poco o cuyas funcionesquerían replantear o bien que acababan de fundar. Entre los presidentesrevolucionarios más preocupados por la banca y el crédito destacó el generalPlutarco Elías Calles. En circunstancias críticas influyó políticamente más allá desu mandato y, al hacerlo, profundizó y extendió su impronta económica.
En su mandato (1924-1928) y periodo informal de influencia (elMaximato, 1928-1935) fundó el Banco de México, el BancoNacional de Crédito Agrícola, el Banco del Trabajo, el Banco Nacional Hipotecario yde Obras Públicas y alentó numerosos bancos privados; transformó al pequeño BancoEjidal y la mayoría de la antigua banca emisora mediante acuerdos legales yfinancieros. Además, presidió juntas directivas de bancos estatales y la delprincipal financiador del pueblo desde la colonia, el Nacional Monte de Piedad.Predominantemente a estos se refiere la historiografía oficial para denominarlo comocreador de instituciones bancarias.
Dicho de otro modo, Calles fundó la moderna banca central mexicana, impulsó lainnovadora banca de desarrollo (inventada por administradores revolucionariosmexicanos), revitalizó la antigua banca privada y dirigió esos organismos,incluyendo al más antiguo y popular. Sin duda, influyó amplia y profundamente en laformación institucional bancaria en México. No obstante, esta apretada síntesis,conocida por la historiografía, presenta un hueco importante; omite el primer bancoque fundó y del que fue accionista principal, aunque nunca apareció formalmente ensu consejo directivo, la Compañía Bancaria Mercantil y Agrícola de Sonora, S. A.(cbmas), transformada diez años después en el Banco Mercantil yAgrícola de Sonora (bmas).
Esta es una historia de su gestación, perfil organizacional, sus negocios, problemas,desempeño gerencial y de su transformación institucional. Alienta mi estudio unadoble condición, ser la primera experiencia bancaria de Calles y ser la menosconocida. Hasta qué punto su fundación recogía ideas institucionales innovadoras yhasta qué otro esta experiencia le ayudó a moldear las futuras institucionesbancarias nacionales es algo que podría extrapolarse de este trabajo.
Organicé la exposición resumiendo primero su experiencia formativa y establecí unasideas de su temprana experiencia empresarial. El segundo apartado describe socios,detalles fundacionales y primeros negocios. Por haber iniciado adversamente, eltercero explora su desempeño y azarosa supervivencia. El cuarto, estudia a susgerentes esperando mostrar problemas no identificables debidos a problemas de lainformación contable que subsiste y por la cual no es posible aclarar cabalmente surentabilidad. Finalmente, ofrecemos unas conclusiones.
El fundador
La trayectoria política de Calles ha fascinado a muchos historiadores, quizá, entreotras razones, por lo que Almada (2009a) llamóel "discreto encanto de sus dos mitades", su notable capacidad "para reinventarse" yel interés oficialista por inventarlo como el gran institucionalizador.Infortunadamente, tales invenciones han complicado comprender su formación personal(como propietario con intereses particulares), su trayectoria militar y su largacarrera política, destacando como estadista inventor de políticos. El desafío deesclarecer su biografía lo han abordado Ruibal(1981), Macías (1995), McNeill (1997) y Buchenau (2007); mientras que de modo laudatorio y menos objetivo,representantes de la historia broncínea como Bojórquez (1960), Zevada (1971),Medina (1960) o León (1975) crearon una matriz interpretativa que han repetidomuchos otros.
De abolengo percudido, Plutarco Elías Campuzano nació en Guaymas bajo un sinoprecario en fecha controvertida de 1877. Tercer fruto de la unión natural dePlutarco Elías Lucero (1848-1917) y María Jesús Campuzano (1844-1880), por muerte deella lo adoptaron su tía María Josefa Campuzano y su esposo Juan Bautista Calles.Con sus primos menores, Ramón y Arnulfo, esta familia se trasladó a Hermosillocuando él contaba 7 años. De esta relación fraterna adoptará como segundo apellido,el de su tío político.1 Sin destacarcomo alumno se formó como preceptor recibiendo nombramiento de ayudante del ColegioSonora en 1894, del ascendente secretario de gobierno, Ramón Corral. Por opcioneslimitadas de progreso regresó a Guaymas donde se reencontraría con su familiapaterna. Entre bohemia, amores, poesía, sports y mutualismobuscaría porvenir emprendiendo con su medio hermano Arturo M. Elías, un hotel cuyamala suerte es bien conocida (Macías, 1995).En ese puerto tendrá sus primeras experiencias políticas –en la edición deperiódicos– y administrativas, como tesorero interino del Ayuntamiento, cargo queasumió por intercesión de su tío Alejandro con el secretario de gobierno, AlbertoCubillas. Vale anotar que Cubillas, de larga trayectoria porfiriana (seríavicegobernador), también era compadre de Juan Bautista lo que seguramente favorecióa Plutarco ante la auditoría que lo responsabilizó por faltarle respaldo de un valede pago (Guzmán, 1981). Desde antiguo, enSonora los lazos de compadrazgo eran tan o más importantes que las complejas redesparentales, con frecuencia deshilvanadas por celos o distancias.2 El retorno fue breve, la circunstancia aludida,otras familiares y anhelos de mejoría lo condujeron al norte, a San Pedro Palominas,antiguo asiento de los Elías y cuyo mayor poblamiento era Fronteras, antiguo cascodel presidio de Santa Rosa Codoréhuachi. En sus valles que antes conocióvacacionalmente y Agua Prieta establecería su zona de despegue. Se estableció enSanta Rosa, una hacienda heredada por su padre, sembrando trigo y papa, criandoganado y solicitando concesiones mineras. Ahí reconoció la bonanza de Cananea,Nacozari, etc., y los contrastes sociales que generaban. Presenció persecucionescontra huelguistas sin que haya registro claro de su actitud. Seguramente escuchó elmote magonistas. Malograda su experiencia labriega, cambió morada a Fronteras yhacia 1906 organizó con Santiago Smithers el molino harinero Excélsior; su mejoremprendimiento.
Indudablemente, el ex pedagogo apuntaba para hombre de negocios a la usanzasonorense. Comenzó a combinar aventuras comerciales con políticas: el comisariado deSanta Rosa, el de La Boca y una regiduría del municipio de Fronteras que encabezabaJosé E. Gómez Meza, favorecedor y amigo, hasta que su imprudencia lo alejó de él. Aldistanciamiento contribuyeron las protestas de vecinos por el derroche acuífero delmolino que administraba; aunque también pudieron ser pugnas entre redes parentalespara controlar recursos. De estas experiencias y estancias en Agua Prieta y Nogalesconoció la línea fronteriza íntimamente. Su carrera como regidor porfiriano fueintermitente, un salto ocurre en 1909 al regresar a Guaymas, coincidiendo con elascenso del antireeleccionismo maytorenista. Por azares del destino, Elías, Smithersy Cía., se instala en "un pequeño local propiedad del sr. Maytorena" (Macías, 1995). En fecha simbólica, 21 denoviembre de 1910, Plutarco resolvió "la responsabilidad" que tenía con la Tesoreríadel puerto (Guzmán, 1981; Ramírez, 1999). La elevación de Madero a lapresidencia y de José María Maytorena a la gobernatura, pero, sobre todo, lainfluencia de su antiguo compañero Adolfo de la Huerta reforzarían su interés por lapolítica. Una diputación o una comisaría, fue su disyuntiva coyuntural; elegiríacomandar la policía de Agua Prieta.3
No es posible abundar en su formación social, pero indudablemente fue troquelado enel entendimiento y práctica de esa violenta sociedad fronteriza: oyó de luchascontra "comanches", vivió "la cuestión yaqui", entendía el valor de lascompositions y cómo era que los "pueblos" designaban jueces ycomisarios. Las instituciones federales no tenían arraigo en Sonora y los problemaslegales presuponían arreglos discretos, soluciones pactadas. Por experiencia,mantenía una visión que privilegiaba lo particular ante el precepto generalizador eimpersonal de la ley. No obstante, su apariencia de cowboy, erahombre semicitadino, un ranchero leído, reflexivo y astuto. Su gusto por el trago yel juego de albures eran muy comunes y, en él, serían de sobra conocidos, como sucapacidad organizativa, su facilidad para entenderse con el pueblo bajo y suconocimiento de gentes; aunque, como es sabido, este también solía "fallarle".
El orozquismo de 1912 acentuaría la violencia provincial. En 1913 fueron castigadoslos sectores productivos; la guerra antihuertista descansó sobre comerciantes,banqueros, industriales y ganaderos. Los ganaderos –secundando en importanciaeconómica a mineros- tardarían años en recuperarse. García (2016) señala que las primeras expropiaciones afectaron 4 000reses de León Serna, 3 000 de Manuel Mascareñas P., 2 000 de José M. G. Soto, 2 000de Luis Estrella, 5 000 de José y Alberto Camou, etc.4 Todos ellos, socios del Banco de Sonora y otrasindustrias importantes. Los efectos de la violencia pervivirían diafanamente en1914-1916; fueron los años de ascenso de Calles. Ante cierres de minas, malascosechas y saqueos, surgirían leyes para intervenir bienes de enemigos (porfirianos,maytorenistas, etc.) del constitucionalismo (Almada,2009a).
Faltaría señalar que Plutarco incursionó pronto en organismos económicos relevantes,como la Junta Central Hacendaria, que administraría bienes intervenidos yfinanciaría la lucha constitucionalista. Por interés vital reparaba armas ytransportes mecanizados; en los sitios de Naco y Agua Prieta empleó reflectores,vallas eléctricas; sensibilidad técnica compartida con el departamento mecánico delejército noroccidental. Plutarco fue ejemplo de capacidad organizativa y olfatopolítico, pero su ascenso es inexplicable sin el apoyo del enmarañado clan Elías.Con treinta años era un político fogueado, hacía negocios discretamente y semejabaun militar en ciernes (sin formación bélica mostraba perfil de estratega). Ahoraveremos su primer negocio bancario.
La fundación
Cabe glosar brevemente la versión de Macías sobre la cbmas antes deexaminarla. En trazos amplios, sugiere que esta bancaria pasó, rápidamente, delnacimiento a la vida vegetal. Explica su fracaso por el de dos negocios muyimportantes, La Tenería y el Tramado.
Fueron golpes formidables, pero no provocaron su cierre; su historia no acabó en1919, sino continuó hasta 1936. En lo siguiente exploró una explicación alternasobre cómo y por qué subsistió. Cabe aclarar que la cbmas no fue un objetocentral en la obra de Macías.
Fundada el 5 de octubre de 1917 en Hermosillo, la cbmas nació bajo un crucepeculiar de tendencias; la economía acumulaba deterioros, pero la contrarrevoluciónestaba más sometida y separada del pueblo. El rápido control sobre nuevos brotesrebeldes yaquis atestigua la mayor estabilidad del constitucionalismo sonorense. Laeconomía estaba frenada por la degradación monetaria y la falta de crédito. Estababien instalado el desprecio al dinero constitucionalista; da cuenta de ello queMaytorena hubiese decretado la pena muerte para falsificadores. En su disputa contrael callismo era cotidiano que los comercios cerraran por no distinguir la monedamala de la buena; mientras unos mililtares les declaraban falsa una, soldados delotro bando querían que fuera aceptada como buena.5 El creciente comercio fronterizo haría del dólar lamoneda apreciada agravando el desorden monetario. Y claro, la fuerza expansivaestadunidense continuó brindando oportunidades y expectativas de mejoría. En esteambiente, el clan Elías, el obregonista y, en general, las pequeñas burguesíasmilitarizadas sonorenses empujarían la reconstrucción estatal y nacional.
El otoño de 1917, Plutarco, jefe de operaciones militares y flamante gobernadorconstitucional, informó al secretario de Hacienda, Rafael Nieto, que organizabaempresarios para fundar un banco. Presumió la inversión (200 000 pesos oro nacional)subrayando que esta empresa era absolutamente indispensable. Esperando que Haciendaayudara al establecimiento de empresas nuevas le solicitó arrendar "alguno de losedificios que ocupaban los bancos incautados".6 La negativa y aclaración de Nieto debieronsorprenderle, probablemente serían ocupados por esos mismos bancos. Además, como lalegislación bancaria no había cambiado si pretendía usar la palabrabanco requeriría concesión especial de su ministerio.7 Presintiendo su urgencia, le sugirióconstituir una sociedad privada y emplear un mote próximo, por ejemplo, compañíabancaria.8
El perfil organizacional de dichas compañías –en boga esos años– semejaba al bancoliberal anglosajón decimonónico. Eran negocios que reunían inversores queaprovechaban la concentración de recursos para potenciar empresas en curso dealgunos socios. Una suerte de club de inversión. El porfiriato las llamó casasbancarias y seguían una normativa laxa, el Código de Comercio de 1884. Su similitudcon la banca liberal estudiada por Lamoreaux(1996) es relevante y aunque había diferencias (Cerutti y Marichal, 2003), compartían la intención de maximizarnegocios en curso o materializar potenciales. La cbmas hizo eso y tambiénaprovechó privilegios (políticos, económicos, de información y fiscales), con losque el noble espirítu de la libertad bancaria anglosajona y sus perfilesorganizativos standard quizá quedaron violentados. Cabe insistirque esas casas brotaron espóntaneamente del mercado al incautarse los antiguosbancos emisores (Anaya, 2002), circunstanciaque ocurrió primeramente en Sonora, en 1913 (Grijalva, 2016).
La cbmas fue formalizada el 5 de octubre de 1917 ante el notario público,Arturo H. Orcí. Emitió 2 000 acciones que valían 100 pesos oro nacional cada una,aunque –costumbres de época– los socios solo exhibieron 100 000 pesos para iniciaroperaciones. Todos ellos pertenecían directa o indirectamente al frondoso árbolgenealógico Elías; el ramal Suárez (José, Francisco, Eloisa, Florentina, Carlota yManuel), los Gabilondo (Hilario, Edgardo, Rafael, Elías y Bertha, esposa deFrancisco) y el ascendente coronel Calles. Eran ganaderos, comerciantes y políticoscon valiosos contactos estadunidenses, la amistad de Álvaro Obregón y muchos hijosde Marte.9
Nació entre juegos de fuerzas con Calles resistiendo presiones de Hacienda yporfirianos. Abogando por estos, Nieto le manifestó que temían "no contar congarantías para reanudar operaciones" y le pidió "informes para acordar" con elprimer jefe. Sugería así que era idea de Carranza, la "gran conveniencia pública queregresen a liquidar compromisos contraidos con el público y las responsabilidadesque pudieran resultarles". Calles pudo sospechar que más que de Carranza, la jugadavenía de Nieto. Intransigente, le respondió con corrillos populares e informesconfidenciales y como ostentaba radicalismo –aunque Nieto o Carranza creyeran otracosa–, aclaró que los porfirianos ya lo habían sondeado. Ahora repetía a Nieto surespuesta: "sus Directores son una cuadrilla de ladrones". El Banco del exvicepresidente Ramón Corral "no tiene compromisos que cumplir con el público de esteEstado, al que robó miserablemente pagando sus billetes a un precio irrisorio eigual cosa hizo con el pago de depositantes". Observó que el mercado carecía de susbilletes porque el banco los había recogido y sugirió su verdadero interés: "exigirel pago de créditos que en mi concepto el gobierno debería recoger". Además, añadióque sus accionistas "fueron y son enemigos acérrimos de la revolución". Recordó:'Luis A. Martínez fue senador huertista y ayudó a los federales en Guaymasfacilitando que salieran en sus barcos'; el director principal, 'el aventurero MaxMuller debe recordar el gran interés que demostró para que se llevara a efecto laintervención estadunidense y todos los informes, planos, etc., de Sonora queproporcionó al cuartel estadunidense en Nogales, Arizona'.10 En cualquier caso, por convencimiento oresistencia, el Banco de Sonora no reabriría, sino hasta los tiempos en que Obregónnegociaba que su gobierno fuera reconocido por el de Washington.
Calles entendía profundamente la política fronteriza; los lares de su vieja comisaríay las realidades de los dos Nogales eran su especialidad. Sus suegros y cuñadasresidían ahí y los visitaba desde comienzos de siglo cuando esas rancherías seurbanizaban por el 'matrimonio ferrocarrillero' (1882). LA cbmas seanunciaba ahí como The Mercantile and Agricultural Banking Company of Sonora S. A.,presumiendo su membresía con la Asociación Americana de Banqueros y conduciéndosemediante el Canton Bank, Hannover National Bank, Wells Fargo Bank San Francisco,Bank of Douglas, The First National Bank of Nogales y con Sonora Bank y TrustCo. (sucursal del Banco de Sonora).
Esa pujante plaza sería incluso más importante que Agua Prieta. No extraña que esasucursal fuera pieza crucial de la Compañía, en contraste con lamalograda oficina de Guaymas. Los Elías Suárez, representantes del ganaderofronterizo que ingresó oportuna y correctamente a la revolución, la idearon para suexpansión.11 El más destacado,Francisco, fue miembro de la junta hacendaria revolucionaria en 1913, agentefinanciero y cónsul general constitucionalista en Nueva York. En 1916 regresó acuidar sus ranchos y promover con D. A. Richardson, L. A. Portillo y su exitososobrino Plutarco, la curtiduría de vaqueta para suela al cromo (Macías, 1995). La Tenería Mexicana S. A.,trataría pieles para cartucheras, botas, sillas de montar, mobiliario, etc. Elnegocio prometía, además, el ascenso del clan permitía acceder al anhelado favorpolítico y aprovechar exenciones arancelarias al importar maquinaria e insumos.12 Infortunadamente los sociosignoraban que existían métodos más baratos y eficientes de curtido. La Teneríaresultó infructuosa, en 1919 debía 15 000 dólares al cbmas; poco más de 30000 pesos mexicanos, casi una tercera parte del capital inicial. Macías (1995) relata la contratación de unexperto en fabricar calzado para resucitar el negocio, quien posteriormente seríacontratado por la Gálvez, a la que se remató maquinaria de la Tenería por instanciasde Plutarco.
La fundación de la escuela mecánica y asilo de huérfanos coincidió con el de lacbmas; se construyó con donaciones de Carranza, empleados de laTesorería General y magistrados del Tribunal de Justicia, obreros, agricultores,militares, autoridades municipales y notables de casi todo Sonora.13 Fue una estupenda iniciativa queincrementó la popularidad de Calles, pero mantenerla operando sería complicado pesea que nuevas leyes incrementaban el gasto educativo (Almada, 2009a). Debió recurrir a ingresos extraordinarios ycontribuciones irregulares,14practicadas en tiempos porfirianos. Entonces, en Guaymas, registros oficialesreportaban: "chinos pagan puntualmente lo del opio para la instrucción pública"(Ramírez, 1999, p. 72).
Una contribución parecida –pero confidencial– fue acordada por Adolfo de la Huerta,Obregón y W. Bowman por almacenar wiskey en Guaymas. Conocido empresario fronterizo,Bowman introducía discretamente alcohol a Arizona. Aquí vale recordar que la leyseca de Arizona comenzó cinco años antes que en el resto de Estados Unidos. Unacarta de Bowman a Obregón esboza "el arreglo primitivo que tuve con el sr. de laHuerta cuando era gobernador de Sonora…, importar 331 barriles de wiskey y partirlas ganancias con las Escuelas Cruz Gálvez".15 El asunto espinaba aunque su derrama fiscal fueranoble, además Obregón sostenía una campaña moralizadora para frenar los viciosfronterizos, aunque como otras campañas suyas, sobre todo, parecía buscar efectosmediáticos. Calles también había emprendido campañas antialcohólicas y si bien no esmencionado en estas comunicaciones es improbable que desconociera estosacuerdos.
La Tenería, entonces, trasladó maquinaria e ingresos a un proyecto social callista,pero fue un negocio malo para la cbmas. No fue el único. En la compañíaminera El Tramado, Calles se asoció con su subordinado Eduardo C. García. El mineralde Opodepe, Ures, lucía prometedor. Plausiblemente García le solicitó sumasimportantes prometiéndole grandes beneficios. Lo cierto fue que El Dientón Garcíadesapareció hasta julio de 1930.16El tío Pancho se encargaría de supervisar el mineral, pagar impuestos, trabajadores,etc., lo que permite suponer que continuó viva la idea de explotarlo.17 El denuncio de minas era barato yrelativamente sencillo; Plutarco lo hizo en Fronteras. En otro evento poco conocidode 1920, Calles se asoció con M. M. Carreño y el coronel Abelardo L. Rodríguez parauna explotación similar. Carreño correría con los gastos y 50% de las acciones,Rodríguez con 25% y la vigilancia del negocio (Gómez, 2008); el resto correspondió a Calles por conseguir permisos paraexplorar un "cuadrado de 40 km por lado en distrito de Altar, teniendo como punto departida el Cabo de Tepoca".18Probablemente abrazó desde niño el anhelo de prosperidad explotando minas alescuchar relatos del gold rush; aún muchos años después, curandosus achaques reumáticos en las termas del flamante balneario de Tehuacán (propiedadde Abelardo), encontraba tiempo para estudiar informes sobre minerales abandonados yno explotados en Altar.19 Laminería fue objeto de permanente preocupación del presidente Calles.
Valga señalar que no fue la única asociación comercial con el futuro hombre fuerte deBaja California Norte. En Mexicali sembraron algodón. Iniciaron en 1918 invirtiendo17 000 dólares por partes iguales. 1919 fue excelente, ganaron 10 000 dólares quereinvirtieron en maquinaria, semovientes y la siguiente siembra. Rodríguez, a quienla suerte favorecía en sus casinos, añadió 2 000 por necesidades del momento. Peroperdieron esa segunda siembra cuando Rodríguez la descuidó por salir al frente delbatallón y porque cayó el precio del algodón. Rodríguez (13 de junio de 1921) asumió6 000 dólares de pérdida.20 Estoera preferible a perder la confianza de Calles cuando proclamaba su famoso Plan deAgua Prieta. Generoso con su socio, Abelardo finalizó: "la maquinaria, implementos,mulada, etc., con valor estimativo de 10 000 dólares están a su disposición en ElAlamar". Así, del negocio, Calles salvó la mitad de un rancho, 5 000 dólares ymaquinaria y mulada que valían otros 10 000. Infortunadamente es imposibledeterminar otros ahorros y fuentes de ingresos durante esos años díficiles. En todocaso, concuerdo con Gómez (2008): "losmilitares asociados privilegiaron la política sobre los negocios". Eligieronconcentrar sus energías organizándose para derrocar a Carranza e intentar gobernaral país.
Negocios y supervivencia
Pese a su bajo grado de capitalización la cbmas realizaba préstamos y, contraspiés, los cobraba o garantizaba. Habría vivido una situación plenamenteestacionaria de no haber disfrutado cierta recuperación del comercio, del prestigiode socios y algunos favores políticos. Su estructura accionaria conocía pequeñoscambios desde 1918-1919. En ires y venires por cargos militares, aministrativos,disputas electorales y desaveniencias con Carranza, Plutarco encontró tiempo yrecursos para ampliar su representación a 495 acciones. Los Elías Suárez reunidostenían 750 y los Gabilondo 500; otro personaje experimentado en negocios bancarios,Ignacio Soto, tenía 250 y el infaltable Roberto V. Pesqueira solo cinco. Estacomposición cambiaría los años siguientes, pero esencialmente, continuaría siendouna empresa familiar (véase cuadro 1).
En 1920, con la elevación del sonorismo, las condiciones bancarias cambiaron.Presiones internacionales y ánimos conciliatorios motivaron la reapertura de bancosincautados. Obregón les retiró la facultad emisora, que antes representaba unabarrera de mercado, proyectando materializar el anhelado banco central estatal. Otracondición distinta eran los nuevos competidores, dignos de mayor consideración. Enciudades y pueblos sonorenses ya cubrían servicios o disputaban clientes el BancoHipotecario y Agrícola del Pacífico, la Compañía Bancaria Mercantil de Cananea, lacbmas, la Comisión Monetaria, sucursales del Banco Nacional de México,el Banco de Cananea y el Banco de Oro Mining (Grijalva, 2016). Esto contribuye a aclarar porque, en la competida plazade Nogales, la cbmas buscó asociarse con Wells Fargo.
De su desempeño en el primer lustro de la década de 1920, tenemos una imagen denegocios oscilantes, estacionarios y un connato de ascenso interrumpido en 1923, poruna caída general de negocios; 1924 fue un año de estabilización21 y 1925 tuvo una ligera recuperación si creemosal balance general que su gerente, José María A. Almada leyó en su asamblea de 1926(véase cuadro 2).
Su situación era mediocre más no desesperada; sus fondos de reserva y previsiónsumaban 139 000 pesos. Sus altibajos obedecían a clientes morosos, pagarés sincubrir de la primera administración, el traslado de capital al Banco de México (24000 oro nacional para cumplir regla del 6% del capital social invertido en esaautoridad) y enfrentar mayor competencia.
También sufría por reajustes al presupuesto estatal luego de la rebelióndelahuertista, la federación retiró la respetabilísima partida de 313 819pesos defomento educativo que sostenía la escuela Cruz Gálvez. En 1927 esta dependería delMinisterio Federal de Educación. El cambio, consistente con la centralizacióncallista, retrasó el pago de la maquinaria que le vendió la extinta Tenería. Laadministración pública también retrasó lo que debía pagarle por su mediación alvender calzado que producía la Gálvez.22 Así, en impagos por maquinaria o zapatos, lacbmas también tenía capital inmovilizado en trámites que la vinculabancon instituciones estatales. Fueron demoras largas, podría parecer que no queríacobrar, pero sus gerentes hacían trámites que parecían arreglados al final delcuatrienio callista. Sin embargo, problemas generales (el asesinato de Obregón, larebelión escobarista, escasez de fondos, urgencias, cambios administrativos, etc.)obstruyeron la voluntad de pago, causando nuevas dilaciones. El tercer gerente,Alonso Avilés reemprendió toda suerte de triangulaciones, hasta que en 1932, obtuvoesos pagos.23
En cualquier caso, las operaciones de 1926 miraban para atrás y para delante. En lacuenta de deudores diversos aún aparecía La Tenería Mexicana con 11 250 dólares.Cantidad importante, apenas inferior a la que agregadamente debían los hermanosGándara, los Luken y Enrique C. Monteverde, reconocidos empresarios de trayectoriasolvente. En 1926, los castigos practicados a esa cuenta, la recortaron 50%dejándola en 18 000 dólares a plata. Esta cifra era cercana a las propiedades reciénadquiridas: la hacienda El Bolsón en Navolato, Sinaloa y nueve solares en Nogales,Sonora, que sumaban 15 300 dólares. Considerando que su edificio matriz –esquina deTampico y Garmendia– valía 41 600 dólares, podría afirmarse que sus activosrespaldaban las malas operaciones pasadas. Después de 1925 todo prometía mejorar.Nuevos socios asistían a sus puertas como antes se agolparon para apoyar lacandidatura presidencial del socio mayoritario; entre ellos cabe referir miembros dela antigua elite porfiriana como Carlos Escalante o Alberto Hoeffer y activoscomerciantes recién inmigrados como F. Pavlovich, etcétera.
Sin embargo, estas expectativas se deteriorarían por motivos agrícolas, políticos yadministrativos. En Cajeme, tras dos años de malas cosechas, plagas y escasez deagua, crecía el malestar entre agricultores. La banca sonorense, sinaloense, federaly casas comerciales suspendieron créditos. Menudearían agricultores que no podíancomprar agua y abandonaban sus siembras. Así, renacieron tensiones con la Cía.Richardson que motivaron la intervención del Banco Nacional de Crédito Agrícola"para que el importe del agua se cubriera con pagares preferentes al levantar lacosecha".24
Una externalidad que impactó la cbmas fueron las elecciones de abril de1927. Disputaban la gobernatura obregonistas y eliistas. Desde su regreso alNáinari, Obregón era el político más influyente. El famoso incidente de Vicam (querenovó la cuestión yaqui) y la guerra cristera reafirmaron su fuerza militarvolviendo imprescindible su apoyo al gobierno. El ambiente político tensaba aobregonistas y callistas, por ejemplo, la reforma reeleccionista los enfrentó en elcongreso federal; mientras, localmente, Alejo Bay, gobernador obregonista y concuñodel caudillo, era criticado por diputados eliistas en circunstancias de disminuciónpresupuestal. En esta sucesión, pese al cariño manifiesto hacia los Elías, Obregónapoyó a Fausto Topete Almada, mientras que Calles no terminó de "dar color" por sutío Pancho; este le informaba del empadronamiento forzado de soldados (siendo que laley restringía su voto) en Nogales, Agua Prieta, Hermosillo, Ortiz, La Misa,Huatabampo, etc., y la intimidación de sus seguidores.25 La indiferencia de Calles provocaría resentimientos ensu familia.
La acusación de que Pancho perdió por no tener apoyo oficial afectó al "banco". Pocodespués de las elecciones, en agosto de 1927, Calles conoció que los Suárez sehabían autoprestado 220 930 pesos.26 Su primogénito legal, Rodolfo advirtió que actuaronembozadamente, sin autorización del consejo administrativo, un verdadero saqueo–representaba cinco veces los quebrantos sumados de La Tenería y el Tramado. Rodolfoinstruyó a Almada hacer efectivas estas sumas a como diera lugar y encargarse de lasucursal Nogales. Envalentonado, José rechazó el cobro y entregar la oficina. Elasunto amenazó con escalar. Plutarco no intervino, pero sus tíos sabían que estabaenterado. Más prudente, Rodolfo descartó convocar una asamblea pues traeríapublicidad y "el desastre para la Bancaria". Informó a su padre, por "laconversación que he tenido con José, parece que estos señores te hacen a tiresponsable del fracaso de Pancho en la política y tratan que tú pagues lo que hangastado".27 Sin duda se referíaa las elecciones pasadas, aunque también resonaba cierto eco de oportunidadesperdidas previas.
¿Era un resentimiento fingido? No lo parece. Su confesión, la oportunidad paracobrarle y la persistencia del sentimiento en la parentela son razones para negarlo.En la primera no necesito insistir. La oportunidad llegó cuando la cbmascambió de estatus lo que ocurrió gracias a la nueva Ley General de Instituciones deCrédito (agosto de 1926). Para noviembre, sus accionistas discutían adaptaciones yen febrero modificaron sus estatutos.28 En junio de 1927, Almada comunicó a corresponsales,favorecedores y amigos la autorización federal para funcionar "con carácter de BancoRefaccionario General bajo la denominación Banco Mercantil y Agrícola" y aumentar sucapital social a 500 000 pesos. Dicho aumento ofreció la oportunidad deseada por losSuárez para recuperarse del fracaso que –meditaban– no era de su enteraresponsabilidad. Finalmente, en la mejor reconstrucción de lazos parentales eliistastrasluce el referido resentimiento; aparece en Jesús, Alejandro y Domingo ElíasMolina (socios de los Suárez), también donantes y prestatarios de dinero a larevolución, "el cual nunca se devolvió" (Elías,2008).
José S. Elías terminó renunciando a la vicepresidencia. Rodolfo aceptó preservandosus obligaciones legales y, claro, a que garantizara "las cantidades que sinautorización tomó del Banco". Almada documentó sus sobregiros e insistió a Rodolfo"prudencia hasta esperar que cubra sus adeudos". Desalentaba propalar comentariospor ser "cosas del órden enteramente privado del negocio y que de ser del dominiopúblico mucho nos perjudica y quizás mucho más a él mismo". Además, le remitióbalances de su inspección y el libro de actas con nuevas cancelaciones.29
La discreción empleada oscurece el modo y tiempos del pago, pero circunstanciascolaterales sugieren que fue relativamente pronto. La discreción rendía frutos.Sirvió para que el gobernador Francisco S. Elías en mancomunidad con su hermanocontrataran un préstamo con Banco de México por 65 000 pesos. Ayudó al trámite "lainformación favorable que rindió el Director (Alberto Mascareñas), sobre lasolvencia de ambas firmas".30Pertenecerá al reino de la especulación, determinar si Calles recomendó el asunto ysi sus tíos lo usaron para pagar. Además, sabemos que el cobro no los arruinó. Lareconciliación llegaría cuando Calles derrotó al escobarismo; investido comosecretario de Guerra instaló a Francisco de gobernador interino. En septiembre de1932 volvió a apoyarlo para ascender como ministro de Agricultura del presidenteAbelardo L. Rodríguez. José también se repuso. En 1935 compró el extenso ranchoCocóspera, 47 000 hectáreas, que conoció valuaciones previas de hasta 120 000dólares. Situado en Nogales lindaba al este y norte con la más importante empresaganadera del estado, la Cananea Cattle Co., candidata natural a adquirirlo que fuedescartada por su propietario, el bmas. En consecuencia, el bmasevaluó a José S. Elías como un comprador acreditado.
Otro índice de la recuperación del bmas procede del interés de Almada poradquirirlo. En noviembre de 1928 ofreció a Calles 300 000 pesos por sus acciones enanualidades de 40 000 pesos con 6% de intereses. Estimaba que Calles las pagó en 240000 y obtuvo dividendos por 100 000 pesos.31 En el ambiente sonaba el rumor de que concentraría susnegocios para retirarse; pero era otro de sus borregos.32 Al comenzar 1929 y, aparentemente,tras saltar lo peor de la crisis política, Calles rechazó su oferta. Decidió quepreservar el negocio era mejor, aunque no fuera inmediatamente rentable. Al margende otros cálculos, en el bmas tenía invertido 325 000 pesos; mientras en susegunda mayor inversión, El Mante, 233 000, aunque, claro, este reunía más dinero ysocios.33
Penosamente, la expectativa de revaluación accionaria cayó por efectos de la rebeliónescobarista sobre la economía sonorense. La primera acción rebelde –enviar uncomando a las puertas del bmas– fue amenazadora, pero inocua;llamativamente no lo asaltaron. ¿Temían represalias o sabían que trasladó sus fondosa Nogales? Lastimosamente estos pruritos no los tuvo el público que se apresuró aretirar sus depósitos del Banco de Sonora.34 El pánico los afectó de manera diferenciada.
Luego de algunas escaramuzas la revuelta terminó. El 1º de mayo, el bmasabrió en Nogales y días después en Hermosillo. En contraste, el Banco de Sonoraesperó refinanciamiento del Banco de México que lo presionaba a abrir y desarrollaractividades.35 El bancoporfiriano mostraba gran fragildad y aunque no fue tratado como insolvente, tresaños después su estado era insostenible. La situación del bmas era másbenévola: resguardó fondos en Nogales, Arizona, que devolvía acompasándose al ritmode la menguada recuperación estatal. Ya señalamos que un corolario de la rebeliónfue el ascenso de Francisco S. Elías, pero su nuevo interinato en poco ayudó albmas, incluso los atrasados trámites de la Gálvez continuarían impagos.No obstante, sobrevivir era triunfar y en esta estacionaria situación apostó porexpandirse. Con aprobación de Hacienda abrió una sucursal en Los Mochis y proyectóotras en Mazatlán y Nogales, Arizona, conocida "puerta a la maravillosa costaoccidental de México".36 Lasucursal estadunidense sería pospuesta, solo prosperó la de Los Mochis debido a losrecursos de la comarca y la falta de bancos por la que el público buscaba crédito encasas particulares. Almada pidió a Mascareñas recomendar la nueva sucursal a susgerentes regionales.37 Sussolicitudes a Banco de México no terminarían ahí, en 1932 obtuvo importantesredescuentos y como presidente del Consejo de Administración, Calles facilitótrámites para favorecerlo con una corresponsalía, figura que lo beneficiaba pormovilizar fondos federales.38 Estarepresentación era posible por la desaparición del sistema de sucursales del Bancode México y aunque era prometedora y prestigiosa no sirvió para consolidar laposición del bmas. Incluso la misma corresponsalía no pudo consolidarseplenamente y operó solo unos años.39
No obstante "facilidades", su estabilización y expansión se frustrarían por falta decapital para operar, problemas administrativos y cuentas congeladas. Esta hacíansumas importantes y las denominamos así porque no se habían resuelto en 1936: lasmayores eran de José María Soto, Roy y Titcomb y Herminio Ahumada. De un créditoconcedido hacia 1929, Soto debía poco más de 42 500 dólares y otros 45 000 pesos porgastos administrativos, litigiosos, intereses, etc., que quedaron respaldados por surancho los Alisos y un importante crédito contra la familia Proto de Imuris, queinvolucraba su rancho Cocóspera; el litigio trascendería a 1935, conocería muchascomplicaciones y traspasos crediticios con Banco de México. La firma Roy y Titcombera muy conocida en el noroeste, H. B. Titcomb fue presidente del Southern PacificRailroad Co., y arrendaba al bmas el local que ocupaba en Nogales, Sonora,pero luego de declararse en quiebra, –desconocemos la razón– le debía 66 465 pesosque garantizó parcialmente con maquinaria de aserradero. La Ahumada Comercial Co.,garbanceros sinaloenses, sufrieron la caída de precios y no cubrían su crédito por36 000 pesos.
Además de esos morosos había otros vencimientos por 174 000 pesos, aquí losprincipales morosos eran Rodolfo Elías Calles (50 000), Ernesto González (33 000) yTapia Hnos. (poco más de 30 000); otros 61 000 pesos completaban aquella suma y sedesagregaban en créditos inferiores a 10 000 pesos. En su mayoría eran rescatables oestaban bien garantizados. Su clasificación también obedecía a obligacionesimpuestas por auditorías de la Comisión Nacional Bancaria. En junio de 1933, elbmas fue amonestado por carecer de "garantías para inversión de susdepósitos por 547 156.37" y fue conminado a cubrirlo bajo instrucciones específicas:cobrar "los sobregiros encontrados y abstenerse de concederlos", recuperar "loscréditos concedidos a Consejeros", "castigar 256 380.37 de cuentas del renglón dedeudores diversos" y vender "320 cabezas de ganado del renglón de inversiones".40
La información disponible y la actitud discreta de accionistas y gerentes no permitedeterminar cómo se resolvieron estos requerimientos legales. Aquéllos entendieronque no podrían cumplirlos en el tiempo señalado y pidieron a Calles interceder paraque Hacienda lo ampliara seis meses más.41 También sabemos que del castigo se deducía un saldo de 290776 pesos, así que descontando lo poco obtenido del ganado, la parte importante eranlos créditos morosos y autopréstamos que, en lo fundamental, ya reseñamos. Además deganar tiempo, la gerencia vendería las sucursales de Los Mochis y Nogales. Larápidez de su venta al Banco del Pacífico solo puede aclararse por un acuerdo –nodocumentado– entre sus más altas autoridades. Como sus dueños, Calles y Abelardo L.Rodríguez –entonces presidente de la república–, eran viejos socios, el acuerdodiscreto es plausible. Sus gerentes, Almada y W. C. Allen, adelantarontrámites.42 En agosto de 1933,Allen, gerente del Pacífico, comunicó a Calles el arreglo definitivo de interesespara la sucursal de Los Mochis y adelantos para la de Nogales.43
Durante 1934 sería más difícil consolidar al bmas. A sus problemas seagregaron circunstancias de gran efervescencia social (renovación de campañasantialcohólicas, de desfanatización, etc.) y política por la inminencia de larotación de cargos públicos. En 1935 por estas circunstancias y otros motivossurgiría un ambiente anticallista con consecuencias para el bmas.
Carlos González Arías, su último gerente, lidiaría con ese ambiente y contra ataquesvelados. Tres meses antes del cisma Calles-Cárdenas, el 18 de marzo de 1935, ocurrióla primera sacudida; se expresó como un rumor sobre la debilidad del bmas.En acuerdo con "don Rodolfo" realizó una estrategia para nulificar el daño: giró 350000 pesos a cargo del Banco de México –era parte de su saldo– y le vendió 50 000dólares. Logró que esa autoridad le enviara rápido los billetes; fue fácil pues larelación con su director fluía estupendamente.44 Simultáneamente, González concentró fondos que tenía"en poblaciones circunvecinas" y circuló "la versión de que en avión nos llegaría unmillón". El tiento y precisión de su propaganda rindieron los efectos deseados: 'losrumores cesaron y las extracciones de fondos se redujeron a cantidadinsignificante'.45
González manifestó optimismo porque Rodolfo podía aportar 150 000 pesos a los 500 000que tenía en caja. La suma podría responder a la eventualidad de que reclamasen "60%de nuestros depósitos". La amenaza se conjuró y González celebró la confianza delpúblico. Su triunfalismo no parecía vano pues Agustín Rodríguez, director del Bancode México le recomendó, ante futuras eventualidades, remitir cartera para suredescuento. Y si no lo hizo fue porque no se acercó a pagar 50% de los depósitos.Evitando ligerezas, comentó a Calles que le informaría en persona la procedencia delos rumores una vez que los confirmara.
La segunda y nueva eventualidad se presentó en junio, cuando explotaron las tensionesentre Calles y Cárdenas. Fue una típica externalidad sobre un banco vulnerable. Enabril y mayo hacía esfuerzos por restablecerse, parecía que la venta de Cocósperafinalmente se realizaría (70 000 dólares), intentaba posicionarse en ciudad Obregóny renovar su representación de Azúcar S. A., negocios en los que recibía auxilio delBanco de México y que conocerían nuevas dilaciones. Hacia junio aparecieron lossignos inquietantes. En los alrededores de Hermosillo ocurrieron hechos escandalosos(Almada, 2009a) y la perturbación socialafectó al banco nuevamente. No configuró un pánico. No interrumpieron labores y susesfuerzos por tranquilizar al público rindieron frutos, pero desde el 23 de juniolos depósitos disminuían y al finalizar agosto descendieron a 334 000 pesos.46 En julio, González estimó recobrarlas cuentas perdidas y calificó de relativa la posibilidad de que se presentara unpánico.47 Pero su nuevooptimismo era infundado. En agosto, además de los acontecimientos políticos, lasabundantísimas lluvias impidieron el intercambio comercial normal entre Hermosillo ypueblos vecinos. Los comerciantes no vendían y echaban mano de todas sus reservas,"principalmente sus depósitos en los bancos".48 Previendo nuevos retiros por vencimientos próximos,González restringió operaciones de préstamo y descuento, cobró cartera y gestionóante el Banco de México arreglos a la línea de redescuentos con operacionesprendarias. Era difícil retirar crédito a "casas comerciales que venían trabajadocon el bmas desde su fundación", pero "proceder de otro modo equivaldría ano pagar nuestras obligaciones en caso de que se nos reclamara porque hemos estadotrabajando con los depósitos exclusivamente, pues el capital no ha podido recobrarseaún".49 Por el lado político,la variopinta oposición anticallista se animaba desde que Cárdenas limpiara decallistas a su gabinete. Incluso el gobernador callista Ramón Ramos Almada,ajustándose a los nuevos tiempos anunció una política de "tratos igualitarios",ordenando a su tesorero que "el movimiento de fondos se lleve a efecto por conductode todas las instituciones bancarias de la localidad".50 Las corresponsalías del bmas fenecieron,reduciendo su margen de intermediación –antes cautivo– sobre operaciones conentidades gubernamentales. La relación con las autoridades también se alteró, lasrevisiones a los redescuentos en Banco de México fueron más minuciosas y recibiónuevas visitas de la Comisión Nacional Bancaria que ordenaron cumplieran concastigos pendientes (desde abril de 1934) a su cartera morosa.51
La situación del bmas era frágil. Un indicio de ello lo aporta la inquietudde su segundo accionista. Finalizando ese verano de 1935, Arturo M. Elías pretendióvender sus 1 370 acciones. Informó y pidió un balance general a González Arías paraorientar a posibles compradores. El gerente le envió un documento inservible para supropósito y, en paralelo, pidió a Calles prevenirlo de divulgar información que"debe mantenerse en reserva". González sabía que podrían requerirle informaciónfidedigna para conocer la situación real del banco y esto generaría publicidadnociva. Advirtió, además, que si el comprador fuese discreto subsistía uncontrargumento sólido: Arturo solo recibiría "una cantidad insignificante". Gonzálezrecomendó que esperara a fin de año pues las condiciones mejorarían y "las accionesvaldrán por lo menos el 50% de su valor nominal". Optimista, agregó, "en poco más esmuy posible que consigamos que valgan el 100%, por lo que lo más conveniente paratodo accionista será conservar sus acciones y esperarse un poco paravenderlas".52 Infortunadamente,sus expectativas no se verificarían.
Por el contrario, la crisis política escaló hasta derivar en el conocido exilio deCalles. Mientras tanto el público internalizaba que el bmas ya noadministraba cuentas federales (Tesorería, etc.), y que las autoridades ya noconsentían privilegios. González apuntó que sería más difícil "recuperar el terrenoperdido". Las líneas de redescuento con el Banco de México ya eranimprescindibles53 para susobrevivencia pero le pagaba 4% y prestaba a 7%. Así, el bmas conservabasolo 3%, con lo que no podía atender sus necesidades: carecía de "elementos paratrabajar". González recordaba "el capital está en gran parte perdido, en otra buenaparte congelado" y perdía sistemáticamente depósitos. Como J. M. Almada intentórealizar inmuebles y hacer economías "hasta lo posible" sin sustituir los "empleadosque se han separado".54 Ensintésis, en 1935 el bmas perdió privilegios, capital, depósitos, clientesy la confianza del público. No hubo una quiebra oficial, un cierre repentino, comosí ocurre con la información disponible luego de abril de 1936. La recuperación decuentas pendientes –si la hubo–, solo se aclara al resolver el complejo trasvase delos negocios personales de don Plutarco o al revisar los balances del Banco delPacífico y del Banco Mexicano.
Los gerentes "y sus enredos"
Un efecto amplio de la revolución en la banca fue desaparecer personal calificado,por migrar, exiliarse, jubilarse o perder derechos sobre sus empresas. Estaspérdidas fueron compensadas por reemplazos de menor experiencia que solían afectarla calidad con la que operaba. ¿Afectó esto al cbmas o al bmas? Noes claro que haya sido el caso, por ser de nueva creación y porque no reciclócuadros antiguos. Fundamentalmente trabajó con gerentes formados en el comerciofronterizo y, al parecer, con antecedentes escolares básicos. Al ser un organismoformado por un clan triunfante cabría esperar –como se verificó– que fuera llamativopara cuadros profesionalizados localmente. Algunas preocupaciones y problemas de susgerentes muestran ángulos del desempeño de la bancaria que vale la pena abordar puesequilibran su deficiente información contable.
El primer gerente fue el bajacaliforniano Epigmenio Ybarra Jr. Desconozco los méritosde su selección, pero notoriamente los Elías le tenían confianza. Durante sureclutamiento, plausiblemente Calles pensó en Luis G. Velázquez, administrador deAgua Prieta y subordinado militar, para cubrir el cargo, pero fiel a su estilo nopresionó, cedió por Ybarra e incluyó a Velázquez como cajero.55 Velázquez transitó fugazmente, pero al enterarseque Ybarra renunciaba, solicitó nuevamente la gerencia a Calles pese a comentarleque el sueldo era insuficiente para "los compromisos naturales del cargo".56 Objeción que Ybarra, quizá porcortesía, nunca mencionó (sus ingresos debieron rondar los 200 dólares mensuales).Antes de renunciar solo lamentó no poder situar otros 15 000 dólares al generalGarcía y Cosme O. Fraide para continuar trabajando El Tramado y la mala influenciade "la situación económica que prevalece..., por la que han sufrido los negocios, …el descenso inmoderado sobre los precios del garbanzo, algodón, arroz, trigo etc,como los ganaderos, las Cías. Mineras e industrias en general, todo lo cual se hareflejado, lógicamente, en el comercio, y los bancos". Lamentando "la imposibilidadpara cobrar obligaciones vencidas á nuestro favor".57
Ybarra aceptó la oferta obregonista, pero ¿por qué lo eligió Obregón? ¿Había acuerdocon Calles? Acaso pensó que un incipiente banquero sería un buen gobernador.¿Formaba un eslabón de un juego de rotaciones? El problema público de Obregón eramoralizar la frontera y liquidar las perniciosas herencias de Cantú.58 Seguía la política delahuertistade que nombrar a un civil –Manuel Balarezzo– la cabeza del territorio de BajaCalifornia; pero Balarezzo no satisfizo a Obregón y lo reemplazó por el banqueronativo. El problema bajacaliforniano era su penuria fiscal que solo era atenuado coningresos del tráfico de licores, opio y casinos. Los ingresos del turismoestadunidense sostenían el aparato militar, administrativo, creaban infraestructura,servicios y, de pasada, creaban fortunas con la sed estadunidense, las costumbreschinas y placeres más antiguos. Ybarra sería mejor administrador que su predecesor,pero fue "más laxo con la pretendida moralización" (Gómez, 2008), quizá por su experiencia en los tráficosGuaymas-Hermosillo-Nogales. Otro ejemplo ocurrió al comenzar 1919, Ybarra realizóuna inversión de Calles en la Arizona-Mexico Oil y Refining Company, que Bowmanformó para perforar campos en Texas.59 Esto afianzó su relación comercial justo cuando esteimportante empresario era alcalde de Nogales, Arizona. Bowman fue uno de losllamados Border Barons y como cualquiera de los otros: James N.Crofton, Baron de Long y Abelardo L. Rodríguez, un recuento de sus negociosexcedería el espacio de este ensayo. Indudablemente era una asociación de hombrespúblicos mediante negocios privados en áreas caracterizadas por tensionesbinacionales. En esas grisáceas y ambiguas fronteras, las distinciones entre losintereses públicos y los negocios privados se diluían fácilmente.
Posteriormente, Ybarra fue enviado a dirigir el Nacional Monte de Piedad; enrocabacubriendo puestos de alta confianza. Era un profesional leal y probado que fungíacomo trait d’union entre obregonistas y callistas: su desempeñocomo subdirector del Banco de México permite establecer esta posibilidad. Solícito,facilitaba trámites resolviendo detalles de todo tipo; él elaboró la renuncia queCalles presentó al Banco de México.60 Su diligencia en la Baja California fue elogiada deinsuperable61 por Rodríguez yconfirmada tres lustros después cuando Ybarra alcanzó la dirección del BancoMexicano, el banco más importante de Rodríguez.
Su sucesor, José María A. Almada, parece haber tenido una trayectoria usual. En 1907inicia como meritorio, luego será tenedor de libros, cajero, subgerente, entre otroscargos, y en 1918 era gerente de la Compañía Bancaria Mercantil de Cananea. Desdeahí propuso a Obregón formar una "institución bancaria hipotecaria agrícola" parabeneficiar agricultores y dejar "grandes ganancias a sus dueños".62 El asunto no se concretó, pero dos décadasdespués, Rodolfo Elías lo consideraba un buen banquero.63 Como miembro de un extenso clan conocíaprofundamente las redes sociopolíticas fronterizas y urdía condiciones favorablespara el negocio; atento a la política, en octubre de 1923 formó un pasquín conCarlos Escalante para contrarrestar la influencia delahuertista que propagabaEl Sol de Felipe Seldner y José Healy.64 Almada desembarazó la cbmas, latransformó institucionalmente, evitó remates de bienes65 y extendió sus negocios hasta dondelos Suárez lo permitieron. Entre 1928 y 1930 recuperó su autopréstamo y créditos deotros personajes relevantes, como el ex gobernador Alejo Bay.66 También en 1928 cerró la sucursal de Guaymas quepese a traspasarla a Ismael Ruiz, experimentado banquero, no lograría prosperar yresintiría pérdidas por 18 000 pesos.67
Al iniciar 1930, Almada enfermó y recomendó al nogalense Alonso Avilés para ocuparinterinamente la gerencia. Alonso formaba parte de otra extensa red de parentescosque incluía a Calles por casamiento con una sobrina suya. Almada lo eligió porfamiliaridad, por experiencia empresarial y porque fue funcionario del FirstNational Bank de Nogales Arizona, propiedad de Bracey Curtis, reconocido empresariode las confianzas de Obregón. El primer trabajo de Avilés fue solventar una acuciosaauditoria del contador personal de Calles, Julio Freyssinier Morín, a la sazóncontralor general de la república. En el ejercicio quedó evidenciado que las cuentasestaban desordenadas. Con base en el conocimiento de abusos de gerentes y socios,Freyssinier creía que el bmas realizaba operaciones de cosmética contable(estados de cuenta inversos). Por tal razón, sería especialmente incisivo; Aviléssolventaría la mayoría de sus interrogantes y dudas. Aunque –como ya observamos–,otras auditorías identificarían posteriormente nuevas irregularidades, aportandosustento a la hipótesis del auditor. La ausencia de Almada se prorrogaría sietemeses. A su regreso vino la expansión a los Mochis, llegándose a proyectar otrasucursal en Mazatlán. Avilés no solo administró rutinariamente, también realizóoperaciones mayores como mediar la venta de la Cervecera de Nogales. Ahí respaldó aun accionista minoritario, Alberto H. Hoeffer, empresario hábil cuya familia fueaccionista del Banco de Sonora y de la Cervecería de Hermosillo.
Negocios como estos no dejaron mayor ganancia al bmas, pero sí llamaron laatención del gobernador Francisco S. Elías, descubriendo que sus gerentes empleabanrecursos financieros en su favor. El hilo se rompió por la parte delgada: Avilésadeudaba 9 000 pesos plata. El asunto era intrincado y suponía la participación deAlmada quien dividió y vendió parte de sus acciones entre Avilés y dos empleados(uno de ellos fue cajero de la sucursal Nogales, M. Méndez, quien sería encarceladopor su desfalco);68 la transacciónconsistió en pagarle 25 000 pesos y obtener del Banco, como préstamo, otros 25 000.Almada también habría usado al bmas para negocios en los que Avilés noestaba de acuerdo y esto creó su conflicto. Quizá el más importante fue unautopréstamo por 60 000 para comprar tres furgones de alcohol de los que habríantenido utilidades por 20 000 pesos; con la ganancia obtenida cubrieron la operacióny adelantaron otras mediante una compañía mercantil creada con otro empleado.69
La versión que el gobernador rindió a Calles tomó partido por Avilés; quien reconociósu adeudo, y aparentemente lo garantizó con propiedades en Nogales, Arizona. Elproblema de Avilés comenzó por un mal negocio "con la compañía denominada AmericanMotors"; explicó al gobernador que saldaba su deuda y vendía acciones del FirstNational para reducirla. Le solicitó revisar "libros y archivos del bmas"para establecer "si mi administración fue razonablemente acertada o la de un ineptoabusador de confianza". Insistiendo que su deseo era restablecer su "prestigio anteel general Calles por la confianza al nombrarlo gerente".70 No obstante sus dichos, hacia 1934 Avilés aún nohabía pagado, sus propiedades no aparecían a su nombre y residía en Nogales,Arizona, y siendo ciudadano estadunidense podía recurrir a muchos subterfugios paracumplir sus responsabilidades.
Las noticias sobre Carlos González Arías, último gerente del bmas, son muchomás fragmentarias. Como sus antecesores conocía bien los negocios fronterizos. Lasdisputas entre Almada y Avilés y la desaprobación de Francisco S. Elías hacia Almadafueron razones importantes para confiarle la gerencia. Su experiencia previa másdestacada fue ocupar la gerencia de la sucursal del Banco de México en San LuisPotosí.
En conjunto puede afirmarse que, pese a desórdenes, la trayectoria de accionistas ygerentes del bmas fue muy destacada. De sus oficinas emergieron dospresidentes de la república; cinco de sus accionistas serían gobernadores, además delos dos que fueron presidentes, también lo fueron Ybarra, Francisco S. Elías eIgnacio Soto. Aunque la mayoría de sus accionistas y gerentes tenían formaciónpragmática o básica figurarían en gabinetes revolucionarios, además de ser prósperoshombre de negocios. Sin la menor duda, esta estructura gerencial habría sidoenvidiada por bancos más importantes y conocidos que el Mercantil y Agrícola deSonora.
Conclusiones
La primera salta a la vista: el Mercantil y Agrícola fue un banco familiar ypolítico. Su origen remonta al cálculo económico político de una de las másimportantes redes de parentesco sonorense en medio de su ascenso militar y político.Su fundación ocurrió en circunstancias económicas poco propicias, pero de escasacompetencia en su nicho; incluso, la posibilidad de reapertura del Banco de Sonora(un competidor potencial importante) fue cercenada por influencia-resistencia de sufundador.
Para Plutarco Elías Calles fue su primera fundación bancaria. No tenía ningunaexperiencia previa en estas instituciones y esta tampoco reforzó sus conocimientosvirtuosos del sector. La mera alternancia con funciones gubernamentales y militaresle impedía absorberlos. En tanto protagonista del carrancismo sonorense, socioformalmente menor y principal directivo real, su papel principal erafavorecer su mejor posicionamiento.
Además de él, los Elías Suárez y sus cuadros gerenciales, reforzarían la ampliaciónde intereses en el corredor económico que puede trazarse de los dos Nogales hastalos Mochis, Sinaloa. No obstante, el ciclo de oportunidad fue desaprovechado porerrores graves de inversión y numerosos conflictos políticos estatales y nacionalesque distraían la atención de sus dueños o bien perturbaban las actividadeseconómicas regionales. La rotación de gerentes introdujo al menos a dos (Almada yAvilés) que atendieron sus propios intereses con tanto o más esmero que los delbanco; tras ello traslucirían deficiencias de supervisión interna y diferenciasimportantes entre socios que minaron su confianza.
También observamos que la cbmas no quebró en 1919 ni transitó a unaexistencia durante la década de 1920. Si bien esto no describe aciertos en sucartera de inversiones, al menos sí supuso una importante voluntad de preservar elnegocio. Esta voluntad no es trivial, pues esos años fueron difíciles para laspequeñas casas bancarias locales-regionales; como lo testifica su mortandad yabsorción por bancos mayores (Anaya, 2002).Evidentemente, su sobrevivencia no fue gratuita, gastó recursos, trabajo y tiempopara reestablecerse, haciéndolo bajo un entorno económico difícil y con mayorcompetencia interbancaria.
Hacia 1926-1927, cuando parecía estabilizarse ocurrió el doloso autopréstamo de losElías Suárez, acentuando problemas previos justo cuando emprendía su transformaciónorganizacional. Además de motivaciones económicas, tras este abuso subsistía unadiscordia político-familiar. La peculiaridad de que ocurriera en clave discreta eintraclánica no anula su rasgo político, más bien intensifica el distintivo políticode la organización bancaria estudiada. Dicha deuda pudo resolverse económica ypolíticamente, Calles favoreció la recuperación político económica de sus parientes.La cabeza del clan ejerció influencias que solucionaron la discordia; no persiguióobjetivos inmediatistas para su banco, sino que privilegió la negociación, algo quetambién ocurrió en los casos Avilés y la Ahumada Comercial Co., que no tuvimos laoportunidad de ampliar.
Su transformación a banco refaccionario integrado al sistema de refinanciamiento yprevención de riesgos del Banco de México lo dotó de más flexibilidad operativa. Laprueba fue sortear varias amenazas de corrida. Pero el pródigo favor de susautoridades (Mascareñas o A. Rodríguez como director y Calles, presidente delConsejo de Administración) no permite establecer la transición a un funcionamientoinstitucional moderno ni regulado impersonalmente. Su sistemática elusión acontribuir fiscalmente (coincidente con reducciones estatales, Almada (2009b, p. 179) es otro indicador de sus privilegios.
Los favores políticos recibidos redujeron costos de operación, ampliaron beneficios(corresponsalías) y lo mantuvieron en operación durante momentos difíciles, pero noexplican cabalmente sus ingresos. Infortunadamente, su información no aclara biensus mejores rubros de ingreso. Aunque pueda deducirse que ganó del margen entre sutasa activa y pasiva de interés, el análisis documental no corrobora que este fuerauna fuente estable de ingreso. Tampoco la base para ser un negocio codiciado (J. M.Almada). Esto plantea dos asuntos insuficientemente resueltos: su rentabilidad y susnichos de oportunidad o crecimiento. El primero fue aclarado hasta donde lainformación lo permite. Del segundo, sabemos que los socios percibían cuatro áreasde negocio: el agrícola ganadero, la minería, el comercio (lícito e ilícito) y el dela información privilegiada (oficial y oficiosa). Desconociendo cuál rindió más,vimos a dos gerentes obtener ganancias paralelas en los últimos y que la anticipadaley seca arizoneana les permitió aprovechar el auge del licor; otro acostumbradonegocio grisáceo de la frontera. ¿Ganó el Banco o solo sus gerentes? Estainterrogante y la liquidación de sus activos no fueron aclaradas en esteartículo.
La combinación de deficiencias gerenciales y escasez de capital humano caracterizólas empresas bancarias de la época; al bmas lo afectó también la malasuperivisión de su Consejo Administrativo distraído por problemas políticos ydiscorde. La formación pragmática de sus gerentes, los criterios paraseleccionarlos, evaluarlos o castigar abusos siguieron comportamientos tradicionalesy no conductas forzadas por nuevas reglas. Su fundador tampoco modificó esoscomportamientos al definir políticas institucionales importantes para su bancoprivado.
Archivos
ahbm Archivo Histórico del Banco de México, Ciudad de México, México.
fapecft Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles Fernando Torreblanca,Ciudad de México, México.
Resumen
Main Text
Introducción
El fundador
La fundación
Negocios y supervivencia
Los gerentes "y sus enredos"
Conclusiones
Archivos